El parlamentario bareiní Abdulá bin Hawalli ha solicitado la expulsión del embajador iraní en el país y ha criticado la actuación de la ONG Human Rights Watch (HRW) en las revueltas en el país, según ha informado la cadena de televisión Al Arabiya. (EUROPA PRESS)
Bin Hawalli ha señalado que la Embajada iraní está participando activamente en la promoción de las revueltas y que el embajador trabaja como informador en el país. Asimismo, ha asegurado que la oposición se ha reunido con él y le ha falicitado su agenda de actividades, lo que ha valorado como una interferencia en los asuntos bareiníes.
El parlamentario ha afirmado que la posición del Gobierno es la de proteger a sus ciudadanos y defender la seguridad del país. En cualquier caso, ha apuntado que Irán no representa una verdadera amenaza para el país a día de hoy.
Asimismo, ha solicitado a HRW que cumpla con su labor y clarifique las circunstancias del fallecimiento de un policía nacional, atropellado varias veces hasta la muerte, “hasta que el mundo conozca lo que está ocurriendo realmente en Bahréin”.
Por su parte, el ministro de Exteriores, jeque Jaled bin Ahmad bin Muhamad al Jalifa, también ha acusado a Irán de interferir en los asuntos internos de Bahréin con sus declaraciones, donde la población es mayoritariamente chií, y ha asegurado que el Gobierno hizo todo lo posible para garantizar el diálogo, pero la oposición lo ha rechazado.
Asimismo, el jeque Jaled anunció el viernes la llegada de más tropas de los países del Golfo a la isla, pero ha asegurado que estos efectivos no participarán en la restauración del orden sino en vigilar lugares estratégicos. “Miramos con toda la confianza a la vuelta la normalidad en Bahréin”, ha señalado el jeque Jaled, asegurando que el Gobierno sabe que “el diálogo es nuestro camino”.
Según el ministro, tres o cuatro países del Golfo van a enviar tropas y estas fuerzas permanecerán en el país mientras sea necesario para restaurar el orden en el reino, gobernado por la familia Al Jalifa, de confesión suní. Los efectivos extranjeros tendrán un papel limitado a vigilar lugares estratégicos como instalaciones petroleras, ha explicado en rueda de prensa.
Barein es un archipiélago formado por treinta y tres islas, pobladas por poco más de 700.000 habitantes de los que algo mas de la tercera parte son extranjeros (africanos y asiaticos, fundamentalmente) a raíz de la llegada al poder de los ayatolás, Irán reclamó varias de islas, (Bareín se independizó de Persia en 1783, por ello de cuando en cuando algún responsable iraní asegura que Baréin es una provincia iraní. El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) convocó una reunión de ministros de Exteriores en Riad para discutir las crisis entre Teherán y Manama, apoyando a Manama y contra “las alegaciones de Irán de que Baréin es la decimocuarta provincia iraní”), en 1981 se creó el clandestino Frente para la Liberación Nacional (chiita) e Irán reivindicó, de nuevo, algunas de las islas del emirato. Baréin firmó entonces un acuerdo de defensa con Arabia Saudita y entró a formar parte del Consejo de Cooperación del Golfo, por otra parte tiene firmado un acuerdo con los EE.UU. lo que les permite a estos tener en Juffair una base naval desde principios de los 90.
Su economía está basada fundamentalmente en el petróleo, también tiene yacimientos de gas natural, pero además cuenta con una pequeña industria y la actividad comercial ha dado lugar a una clase media autóctona.
Aún con una clara base tribal, es en cierto modo una excepción dentro de los países de poblaciónn mayoritariamente musulmana, tiene una cierta libertad de cultos, con dos iglesias y una sinagoga (hay 40 judíos) Otra faceta que ilustra el estatus bareiní en cuanto a apertura tiene que ver con que el 89’1 % de la población esté alfabetizada, es el país más prolífico en cuanto a la publicación de libros dentro del mundo árabe, con 132 títulos publicados en 2005 para una población de 700.000 habitantes. En comparación, la media del total de la comunidad árabe es de siete libros publicados por cada millón de habitantes en 2005, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, por lo que, por habitante, en Baréin se publican 27 veces más títulos por habitante que en el mundo árabe en general.