El Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, asistirá en representación de España a la ceremonia de exaltación del comunismo y del “anti-imperialismo” que se va a celebrar hoy en Managua con motivo de la toma de posesión del líder guerrillero y comunista Daniel Ortega.
A la ceremonia asistirán la “flor y nata” de la política internacional encabezadas por demócratas de rancio abolengo como los dictadores de Venezuela, Hugo Chávez; Irán, Mahmud Ahmadineyad (Vamos, que solo faltan el “indio cocalero”, Fidel Castro, Kim-Jong-Um y la terna de dictadores estaría casi al completo) y presidentes -elegidos democráticamente- como el de Guatemala, Álvaro Colom; El Salvador, Mauricio Funes; Panamá, Ricardo Martinelli, y Honduras, Porfirio Lobo.
Aunque el Príncipe de Asturias lleva asistiendo, en representación del Reino de España, a todas las tomas de posesión de líderes iberoamericaros desde 1996 (en total más de 60), considero que esta vez debería de haber excusado su presencia simplemente por la asistencia de un tirano, un terrorista y un genocida como el Mahmud Ahmadinejad. Y es que bajo mi punto de vista, en una misma sala no pueden estar sentados el heredero al trono de una democracia como España y unos pocos metros más allá -aunque solo sea por “higiene democrática- el sátrapa responsable de atentados terroristas como el de la AMIA, sponsor de organizaciones terroristas internacionalmente reconocidas como Hizbullah, Hamás o Jihad Islámica o el genocida que quiere acabar, destruir, arrasar o como quieran llamarlo, a un Estado democrático amigo y aliado de España: Israel.
Aunque en política internacional los intereses geo-estratégicos de cada país son inescrutables y muchas veces muy difíciles de entender, interpretar o explicar, no creo que Nicaragua sea a día de hoy uno de esos países estratégicamente tan importantes para España como para tener que hacer de tripas corazón y tragarse o apartar a un lado los principios de higiene y ética democrática.
Un saludo cordial!