La presencia judaica en España se refleja en algunas costumbres, la comida, la música y también en las palabras
La presencia judía en España está plasmada en una infinidad de nombres de localidades esparcidas por la Península Ibérica tal como:
BARCELONA: del hebreo bar-shelanu, que significa “nuestra costa”, habitada por judíos a raíz de la segunda diáspora.
GRANADA: en hebreo ger-anat, “campo de refugiados”. La ciudad surgió como lugar de protección y refugio de poblaciones judías que huían de los eternos enfrentamientos que reinaban entonces entre peninsulares. Siglos más tarde, los árabes ocuparon Andalucía y la denominaron Garnata alyahud es decir “Granada de los judíos”.
CALATAYUD: nombre árabe para designar al “Castillo de los Judíos”
IBERIA: de Ibriya, “la hebrea”. El gentilicio ibero sería el equivalente a ibrim, es decir hebreos.
Lo que antecede no es si no una pequeña muestra de la marcada presencia social y cultural judía en la Península Ibérica y ello a lo largo de mil años de historia interrelacionada, que habría de llegar a un final abrupto con la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492 y el decreto de expulsión de los judíos decidido por los nuevos regidores de España.
Sin embargo y a pesar del éxodo masivo de judíos, quedó en Iberia a través de la conversión –parcial y poco numerosa– una gran influencia cultural israelita y ello durante una larga época posterior a la expulsión.
Muestras del estar judío en España, he aquí algunos apellidos usados en la Península Ibérica y aun en la América española tales como Pérez, Blanco, Colón, Castro, Martínez, Maduro, Méndez, Pacheco, Álvarez, Montenegro, Henríquez, Pereira, Braganza, Franco, Salazar, Montealegre, León, Talavera… apellidos de indudable origen judío y que son habituales hoy en día.