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Ellas son las encargadas de protegernos en la frontera sur con Egipto. Eligieron por voluntad propia ser soldados combatientes y sin importar el lugar ni el clima, permanecen atentas día y noche listas para enfrentar cualquier tipo de amenaza. Junto a su equipo y al mando de una oficial, mantienen la calma y permiten a los ciudadanos israelíes descansar en paz.
Israel, si bien consiste de un pequeño territorio, se caracteriza por su variedad de paisajes. Bosques, montañas, lagos. Nuestros soldados tienen que estar preparados para hacer frente a toda situación en cualquier tipo de campo. La Subteniente Shaked Ben Shoshan, después de varios meses de entrenamiento y capacitación, llegó a su puesto de comandante de un grupo de mujeres del Cuerpo de Recolección de Información que protegen la sensible frontera con Egipto.
A través de un curso de varias semanas y diferentes entrenamientos, como el realizado la semana pasada, estas jóvenes y motivadas soldados aprenden técnicas de navegación, orientación, camuflaje entre otras cosas, con el fín de desarrollar una aptitud de combate de infantería. “Nosotras somos las primeras que podemos percibir si existe alguna amenaza en el campo y somos las responsables de detenerlas antes de que algo pase”.
La tarea encomendada para ellas, son personalizadas a cada una de sus fortalezas. Gracias a las proporciones de su cuerpo y sus habilidades al moverse, estas soldados logran luego de pasar unos cuantos días en el campo, recolectar información y detener cualquier amenaza que intente perturbar la rutina y vida de los civiles israelíes.
Los desafíos en la frontera con el país vecino Egipto, no dejan de ser pocos ni menos importantes. Luego del último incidente en 2012, donde tres terroristas abrieron fuego contra una unidad del ejército israelí y un soldado del batallón Caracal murió y otro resultó gravemente herido, nuestras fuerzas permanecen más preparadas y alertas que nunca. Sin embargo, la construcción de túneles de contrabando, el narcotráfico y las entradas ilegales al país también son, entre otras, las preocupaciones a las que tienen que mantenerse atentas a la hora de defender al país.
“Los desafíos son varios, pero a pesar de ello, mis soldadas permanecen fuertes y valientes. Nadie las obligó a estar aquí. Lo que hacen, lo hacen con pasión”.
Permanecer días y noches enteras en el campo, bajo el calor de la mañana y el frío de la noche, no hace más que unir a las soldados de este equipo cada vez más. Se convierten una parte inseparable una de la otra, enfatizando cada una en su habilidad y haciéndose una pieza fundamental, como si fuesen una segunda gran familia. “Si tuviese que volver a elegir, elegiría el mismo lugar con las mismas personas. Este pelotón es especial y disfruto de estar día tras día con ellas”.
PATRIA JUDÍA 