Amanda Kijera estaba en Haití para disipar los “mitos” sobre la violencia contra las mujeres en la isla era exagerada por las organizaciones de derechos de las mujeres.
La intención del viaje de Kijera era combatir la representación de hombres negros como “salvajes” en los medios de comunicación. Su esperanza era que iba a eliminar los conceptos erróneos y tiraría hacia atrás los puntos de vista comunes impuestas por “el hombre blanco”.
Sin embargo, el viaje de Kijera dio un giro para peor cuando uno de los hombres con los que había trabajado para proteger, la acorraló en la azotea y la violó en numerosas ocasiones.
Sin embargo, Kijera, lejos de culpar al hombre que la violó, decidió culpar a “la opresión blanca, que aún domina el escenario mundial y hace a los hombres negros actuar en contra de ellos”.