Por: Michael J. Totten
El año pasado, Boko Haram impulsó a la acción a activistas de todo el mundo cuando secuestró a cientos de colegialas en Nigeria y amenazó con venderlas como esclavas, pero apenas se ha rechistado después de que este ejército, vinculado a Al Qaeda, haya masacrado a cerca de 2.000 personas cerca de la frontera con el Chad.
Un superviviente relataba a The Guardian:
Atravesé cinco pueblos, y cada uno de ellos estaba vacío, salvo por los cadáveres.
El atentado cometido en París en las oficinas del Charlie Hebdo ha absorbido casi todo la atención política y la de los medios de comunicación occidentales, lo que resulta comprensible, dado que Francia es un país occidental. Pero es de lamentar que lo haya hecho, porque con ello se ha desviado nuestra atención del hecho de que Boko Haram se está convirtiendo rápidamente en el Estado Islámico africano. Estos individuos ya no son meros terroristas; cada vez actúan más como un ejército regular, y controlan actualmente una franja de territorio del tamaño de Bélgicaen el nordeste de Nigeria.
“Estados Unidos debe reconocer que tenemos un problema que sólo va por detrás del que tenemos con el EIIL (Estado Islámico de Irak y el Levante)”, declaró Peter Pahm, del Consejo Atlántico, a USA Today. Y añadió:
Tenemos a un grupo que está ocupando territorios y derribando cazas (…) Si Nigeria colapsa –es el Estado más fuerte de la región– no habrá Estados fuertes que impidan lo que puede suceder si Boko Haram logra forjar un Estado islámico en esa zona.
Los radicales islamistas son inconmensurablemente más peligrosos cuando se organizan en forma de Estados o de entidades pseudoestatales que cuando se ocultan entre las sombras y atacan con bombas como asesinos en serie. Las organizaciones terroristas ya son malas de por sí, pero las entidades islamistas pseudoestatales como el Estado Islámico, los talibanes, Hamás y Hezbolá son lo suficientemente amenazadoras como para iniciar guerras.
Estados Unidos no está implicado directamente en todas esas guerras –Israel combate a Hamás y a Hezbolá, y los franceses acabaron con el Estado protoislamista del norte de Mali–, pero si una amplia zona de África colapsa y Boko Haram metastatiza del todo para convertirse en una entidad (vinculada al EI) con un poder firme, lo que ocurra en el África subsahariana no se quedará sólo allí.
Fuente: World Affairs Journal