Madre e hija separadas por los nazis se reencuentran 71 años después
Madre e hija, reunidas, intercambian fotografías. /Foto: International Tracing Service
Que padres e hijos separados por el nazismo se reencuentren es una extraordinaria rareza. Básicamente, porque muchos sobrevivientes ya han muerto. Sin embargo, una madre y su hija lograron volver a verse 71 años después en el corolario de una larga vida e historia tremenda, que hoy relata el diario The Washington Post.
Las protagonistas son Margot Bachmann y su mamá, una italiana hoy de 91 años, que no quiso dar a conocer su nombre.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Margot se trasladó a la ciudad alemana de Heidelberg, donde terminó encerrada en un campo de trabajo. Quedó embarazada de un soldado alemán cuando tenía 20 años. Tuvo una bebé. Y se la quitaron.
Según cuenta el Post, Margot vivió durante un tiempo en un hogar de niños hasta que la familia del soldado alemán la adoptó al concluir la guerra. El caos de postguerra solo empeoró las cosas, alejando aún más a madre e hija.
Convencida de que su beba había muerto, la mamá regresó a Italia. Pasaron más de 70 años, hasta que recibió una carta que decía así:
“Querida mamá, mi nombre es Margot Bachmann y soy tu hija, nacida el 25 de octubre de 1944 en Heidelberg. Toda mi vida le pregunté a mi familia sobre tí, sin recibir ninguna respuesta. Quiero ir y encontrarte, así puedo abrazarte una vez más. Estoy inmensamente feliz de poder conocerte finalmente».
La mujer había vivido todos estos años en la oscuridad. No sabía que su hija estaba viva. El papá de Margot le prohibió buscar a su madre biológica. Y, a pesar de que todos se esforzaron por hacer creer a la niña que su madre había muerto, siempre le quedaron las dudas.
«Incluso de niña, tenía la sensación de que esto no era verdad», dice Margot.
El año pasado, el dueño del secreto, su papá, murió. Y Margot salió a buscar la verdad.
«Quería saber quién era mi mamá, si eramos parecidas. Quería encontrar alguna foto o información. No quería ilusionarme con la idea de que la iba a abrazar. Ahora estoy inmensamente feliz de saber que está bien y que nos vamos a conocer», relató.
El dato clave estaba en su partida de nacimiento. Allí figuraba el nombre de su mamá. Pidió ayuda a la ONG International Tracing Service (Servicio de Búsqueda Internacional), con una base de datos de 30 millones de documentos. Y la encontraron. En Italia, en la localidad de Novellara, donde finalmente se abrazaron.
«Lo que vimos se acerca mucho a un milagro», admitió Friederike Scharlau, representante de International Tracing Service. La ONG, junto con la organización Restoring Family Links y el Comité Internacional de la Cruz Roja, obraron el milagro.
Quienes estuvieron como testigos afirman que en el emotivo encuentro hubo una botella de champagne, mucha emoción, regalos y fotos . Y una confesión de madre a hija: «Creí que estabas muerta. De lo contrario, te hubiese buscado».