Parshat Beshalaj, Shemoth-Éxodo 13:17-17:16

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Parshat Beshalaj, Shemoth-Éxodo 13:17-17:16

Moshe abriendo las aguas del mar Rojo

Resumen de la Parashá Beshala Shemoth-Éxodo 13:17-17:16

Poco tiempo luego de que los Hijos de Israel salieron de Egipto, el Faraón los persigue para forzarlos a volver; los Israelitas se encuentran atrapados entre el ejército del Faraón y el mar. Di-s le dice a Moshe que eleve su bastón por sobre el agua; el mar se abre para dejar pasar al Pueblo Judío, y luego se cierra sobre los egipcios. Moshe y los Hijos de Israel cantan una canción de alabanza y agradecimiento a Di-s.

En el desierto, la gente sufre sed y hambre y repetidamente se quejan ante Moshe y Aarón. Di-s endulza milagrosamente las amargas aguas de Mará, y luego hace que Moshe extraiga agua de una roca a través de golpearla con su bastón; hace descender maná del cielo antes del rocío cada mañana para desaparecer del campamento Israelita por la noche.

Los Hijos de Israel son instruidos para recolectar una doble porción de maná los viernes, porque éste no descenderá los Sábados, el día de descanso decretado por Di-s. Algunos desobedecen y salen a recolectar maná en el séptimo día, pero no encuentran nada. Aarón preserva una pequeña cantidad de maná en un jarro, como un testimonio para futuras generaciones.

En Refidím, el pueblo es atacado por los Amalekím, quienes son derrotados por las plegarias de Moshe y un ejército juntado por Ioshua.

Jabad

Completa con hebreo transliterado.

CAPÍTULO 13

13:17   Y sucedió que cuando el Faraón hubo enviado al pueblo, no los guió Dios por el  camino de la tierra de los filisteos, aunque era el más próximo, (2) pues dijo Dios: No sea que se arrepienta el pueblo al ver la guerra y se vuelva a Egipto.

Vayehi beshalaj Par’oh et-ha’am velo-najam Elohim derej erets Plishtim ki karov hu ki amar Elohim pen-yinajem ha’am bir’otam miljamah veshavu Mitsraymah.

 13:18   E hizo Dios que el pueblo diese vuelta por el camino del desierto hacia el mar Rojo. Y los hijos de Israel subieron armados de la tierra de Egipto.

Vayasev Elohim et-ha’am derej hamidbar yam-Suf vajamushim alu veney-Yisra’el me’erets Mitsrayim.

 13:19   Y tomo Moisés consigo los huesos de José,(3) el cual había juramentado rigurosamente a los hijos de Israel diciendo: «Ciertamente os visitará Dios y haréis subir mis huesos de aquí con vosotros».(4)

Vayikaj Moshe et-atsmot Yosef imo ki hashbea hishbia et-beney Yisra’el lemor pakod yifkod Elohim etjem veha’alitem et-atsmotay mizeh itjem.

 13:20      Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, al extremo del desierto.

Vayis’u miSukot vayajanu ve’Etam biktseh hamidbar.

 13:21     Y el Eterno iba al frente de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos en el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.

V’Adonay holej lifneyhem yomam be’amud anan lanjotam haderej velaylah be’amud esh leha’ir lahem lalejet yomam valaylah.

 13:22   No se apartaba la columna de nube de día, ni la columna de fuego de noche, delante del pueblo.

Lo-yamish amud he’anan yomam ve’amud ha’esh laylah lifney ha’am.

Comentario:

 Este es el precepto de las filacterias (tefilín) que durante las oraciones matinales, excepto los sábados y días festivos de la Torah, los israelitas usan generalmente a partir de los trece años. Los tefilín, que son dos pequeños rollos de pergamino donde se encuentran inscritos cuatro parashiot (párrafos) de la Torah (Éxodo cap. XIII, vers. l-16, y Deut. cap. VI, vers. 4-9, y Deut. cap. XI, vers. 13-21), se colocan uno en el brazo izquierdo, frente al corazón, y otro en la cabeza, ligados con cintas de cuero. Significan que los sentimientos y los pensamientos humanos deben ser dirigidos a Dios, y su Torah debe estar en nuestros labios (vers. 19). Los dos tefilín simbolizan también los dos principios de la vida humana, teoría y práctica, esto es, pensamiento y acción. El del brazo simboliza además el sentimiento. Por consiguiente, los tefilín nos muestran las sendas del pensamiento, sentimiento y acción, formando parte de los principios máximos del judaísmo.

Por el camino de la Filistea los israelitas podían llegar a Canaán, caminando normalmente, en once días, pero viendo Dios que no estaban preparados para constituir un pueblo bien disciplinado, con sus leyes y estatutos, les guió por un camino opuesto, a fin de entrenarles espiritualmente antes de ocupar la Tierra Prometida.

Al salir de Egipto Moisés, en lugar de ocuparse de sus propias necesidades, se preocupó de llevar consigo los huesos de José. Cumplir las últimas voluntades del que muere es en el judaísmo uno de los más piadosos deberes humanos.

El Midrash (Yalcut 227) cuenta cómo pudo Moisés descubrir el lugar donde estaban los restos de José. Séraj, hija de Asher (ver Gén. XLVI, 17), había sobrevivido a la generación de José. Esta contó a Moisés que los egipcios habían tirado el ataúd de José al lado del Nilo, para que las aguas fueran benditas. Moisés fue entonces a la orilla del Nilo y llamó: ¡José! ¡La hora de la liberación llegó ya! Queremos cumplir el juramento que hiciste a nuestros padres, el de llevar tus huesos con nosotros. ¡No hagas por tu causa demorar nuestra redención! De repente, ¡oh milagro!, el ataúd de José emergió a la superficie. Y así tomó Moisés los huesos de José con él (vers. 19)

CAPÍTULO 14

14:1   Y habló el Eterno a Moisés, diciendo:

Vayedaber Adonay el-Moshe lemor.

 14:2   Habla a los hijos de Israel para que vuelvan y acampen delante de Pi Hajirot, entre Migdol y el mar, enfrente de Baal Tzefón; frente a él acamparéis, junto al mar,

Daber el-beney Yisra’el veyashuvu veyajanu lifney Pi haJirot beyn Migdol uveyn hayam lifney ba’al tsfon nijejo tajanu al-hayam.

 14:3   para que el Faraón diga de los hijos de Israel: Están descarriados en el país, los tiene encerrados «el desierto.

Ve’amar Par’oh livney Yisra’el nevujim hem ba’arets sagar aleyhem hamidbar.

 14:4   Y Yo endureceré el corazón del Faraón de manera que los persiga, y seré honrado por medio del Faraón y de todo su ejército; y sabrán los egipcios que Yo soy el Eterno. Y ellos lo hicieron así.

Vejizakti et-lev-Par’oh veradaf ajareyhem ve’ikavdah beFar’oh uvejol-jeylo veyad’u Mitsrayim ki-ani Adonay vaya’asu-jen.

 14:5   Y fue dado aviso al rey de Egipto de que había huído el pueblo, y se mudó el corazón del Faraón y de sus siervos acerca del pueblo, de modo que dijeron: ¿Qué es esto que hemos hecho, dejando ir a Israel para que dejase de servirnos?

Vayugad lemelej Mitsrayim ki varaj ha’am vayehafej levav Par’oh va’avadav el-ha’am vayomru mah-zot asinu ki-shilajnu et-Yisra’el me’ovdenu.

 14:6   Y unció el Faraón su carro y tomó consigo a su pueblo.

Vayesor et-rijbo ve’et-amo lakaj imo.

 14:7   Tomó también seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, con capitanes sobre todos ellos.

Vayikaj shesh-me’ot rejev bajur vejol rejev Mitsrayim veshalishim al-kulo.

 14:8   Y el Eterno endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, de modo que persiguió a los, hijos de Israel; y los hijos de Israel salieron osadamente.

Vayejazek Adonay et-lev Par’oh melej Mitsrayim vayirdof ajarey beney Yisra’el uveney Yisra’el yotse’im beyad ramah.

 14:9   Y los egipcios los persiguieron y los alcanzaron acampados junto al mar, cerca de Pi Hajirot frente a Baal Tzefón, con todos los caballos y carros del Faraón, y sus jinetes, y su ejército.

Vayirdefu Mitsrayim ajareyhem vayasigu otam jonim al-hayam kol-sus rejev Par’oh ufarashav vejeylo al-Pi haJirot lifney ba’al tsfon.

 14:10   Y el Faraón se acercó; y alzaron los hijos de Israel sus ojos y he aquí que los egipcios venían marchando tras ellos. Y temieron mucho, y clamaron los hijos de Israel al Eterno.

UFar’oh hikriv vayis’u veney-Yisra’el et-eyneyhem vehineh Mitsrayim nosea ajareyhem vayir’u me’od vayits’aku veney-Yisra’el el-Adonay.

 14:11   Y dijeron a Moisés: ¿Acaso por no haber sepulturas en Egipto nos trajiste acá para morir en el desierto? ¿Que has hecho de nosotros sacándonos de Egipto?

Vayomeru el-Moshe hamibli eyn-kvarim beMitsrayim lekajtanu lamut bamidbar mah-zot asita lanu lehotsi’anu miMitsrayim.

 14:12   Ciertamente esto es lo que te hablamos en Egipto diciendo: Déjanos para que sirvamos a los egipcios. Porque mejor es para nosotros servir a los egipcios que morir en el desierto.

Halo-zeh hadavar asher dibarnu eleyja veMitsrayim lemor jadal mimenu vena’avdah et-Mitsrayim ki tov lanu avod et-Mitsrayim mimutenu bamidbar.

 14:13   Y dijo Moisés al pueblo: No temáis, permaneced firmes y ved la salvación que el Eterno obrará para vosotros hoy; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más los volveréis a ver.

Vayomer Moshe el-ha’am al-tira’u hityatsvu ure’u et-yeshu’at Adonay asher-ya’aseh lajem hayom ki asher re’item et-Mitsrayim hayom lo tosifu lir’otam od ad-olam.

 14:14   El eterno peleará por vosotros y vosotros guardaréis silencio.(1)

Adonay yilajem lajem ve’atem tajarishun.

 14:15   Y dijo el Eterno a Moisés: ¿Por qué clamas (2) a Mí? ¡Habla a los hijos de Israel y que marchen! (3)

Vayomer Adonay el-Moshe mah-tits’ak elay daber el-beney-Yisra’el veyisa’u.

 14:16   Mas tu, alza tu vara y extiende tu mano sobre el mar y hiéndelo, para que vayan los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

Ve’atah harem et-matja uneteh et-yadeja al-hayam uveka’ehu veyavo’u veney-Yisra’el betoj hayam bayabashah.

 14:17   Y Yo, he aquí que endureceré el corazón de los egipcios para que entren atrás de ellos, y seré glorificado por medio del Faraón y de todo su ejército, y de sus carros y de sus jinetes.

Va’ani hineni mejazek et-lev Mitsrayim veyavo’u ajareyhem ve’ikavdah be’Far’oh uvejol-jeylo berijbo uvefarashav.

 14:18   Y sabrán los egipcios que Yo soy el Eterno al ser glorificado por medio del Faraón, sus carros y sus jinetes.

Veyad’u Misrayim ki-ani Adonay behikovdi beFar’oh berijbo uvefarashav.

 14:19   Y el ángel del Eterno que iba delante de las huestes de Israel, se apartó de allí y se fue tras ellos; se apartó también la columna de nube delante de ellos, y se puso detrás de ellos.

Vayisa mal’aj ha’Elohim haholej lifney majaneh Yisra’el vayelej me’ajareyhem vayisa amud he’anan mipneyhem vaya’amod me’ajareyhem.

 14:20   De manera que se colocó entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas (para los egipcios), mas alumbraba (la columna de fuego para Israel) de noche; de modo que no se acercaron los unos a los otros en toda la noche.

Vayavo beyn majaneh Mitsrayim uveyn majaneh Yisra’el vayehi he’anan vehajoshej vaya’er et-halaylah velo-karav zeh el-zeh kol-halaylah.

 14:21   Y extendió Moisés su mano sobre el mar y empujó el Eterno al mar, con un fuerte viento oriental, toda aquella noche, y convirtió el mar en tierra seca, y fueron hendidas las aguas.

Vayet Moshe et-yado al-hayam vayolej Adonay et-hayam beruaj kadim azah kol-halaylah vayasem et-hayam lejaravah vayibak’u hamayim.

 14:22   Y entraron los hijos de Israel por en medio dio del mar, en seco, y las aguas eran para ellos como una muralla a su derecha y a su izquierda.

Vayavo’u veney-Yisra’el betoj hayam bayabashah vehamayim lahem jomah miyeminam umismolam.

 14:23   Y siguieron los egipcios a su alcance, y entraron tras ellos todos los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes, hasta en medio del mar.

Vayirdefu Mitsrayim vayavo’u ajareyhem kol sus Par’oh rijbo ufarashav el-toj hayam.

 14:24   Mas aconteció a la vigilia (4) de la mañana, que dirigió el Eterno una mirada hacia el ejercito de los egipcios, por medio de las columnas de fuego y de nube, y confundió al ejército de los egipcios.

Vayehi be’ashmoret haboker vayashkef Adonay el-majaneh Mitsrayim be’amud esh ve’anan vayahom et majaneh Mitsrayim.

 14:25   Y quitó las ruedas de sus carros, de manera que los hizo avanzar con dificultad. Entonces dijeron los egipcios: ¡Huyamos de la presencia de Israel, porque el Eterno pelea por ellos contra los egipcios!

Vayasar et ofan markevotav vayenahagehu bijvedut vayomer Mitsrayim anusah mipney Yisra’el ki Adonay niljam lahem beMitsrayim.

 14:26   Y dijo el Eterno a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar para que vuelvan las aguas sobre los egipcios, sobre sus carros y sobre sus jinetes.

Vayomer Adonay el-Moshe neteh et-yadja al-hayam vayashuvu hamayim al-Mitsrayim al-rijbo ve’al-parashav.

 14:27   Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al romper la mañana se volvió el mar a su estado de fuerza; y los egipcios huyeron hacia el otro lado del mar), y así envolvió el Eterno a los egipcios en medio del mar.

Vayet Moshe et-yado al-hayam vayashov hayam lifnot boker le’eytano uMitsrayim nasim likrato vayena’er Adonay et-Mitsrayim betoj hayam.

 14:28   Y volvieron las aguas y cubrieron los carros y los jinetes de todo el ejército del Faraón que habían entrado tras ellos en el mar; de modo que no quedó de ellos ni siquiera uno.

Vayashuvu hamayim vayejasu et-harejev ve’et-haparashim lejol jeyl Par’oh haba’im ajareyhem bayam lo nish’ar bahem ad-ejad.

 14:29   Mas los hijos de Israel anduvieron en seco por medio del mar, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.

Uveney Yisra’el halju vayabashah betoj hayam vehamayim lahem jomah miyeminam umismolam.

 14:30   Y salvó el Eterno en aquel día a Israel de mano de los egipcios; y vio Israel a los egipcios muertos sobre la orilla del mar.

Vayosha Adonay bayom hahu et-Yisra’el miyad Mistrayim vayar Yisra’el et-Mitsrayim met al-sfat hayam.

 14:31   Y vio Israel el gran poder que ejerció el Eterno contra los egipcios, y temió el pueblo al Eterno, y creyeron en el Eterno y en Moisés, su siervo.

Vayar Yisra’el et-hayad hagdolah asher asah Adonay beMitsrayim vayir’u ha’am et-Adonay vaya’aminu b’Adonay uveMoshe avdo.

Comentario:

Estas palabras quieren decir también: Dios os dará pan, pero vosotros deberéis primero arar la tierra.

El Midrash cuenta que cuando los hebreos se enfrentaban a esta situación desesperada, el mar Rojo ante ellos y a sus espaldas los egipcios despiadados, Moisés invocó la protección de Dios, pero el Todopoderoso le respondió: ¿Cómo? ¿Mis hijos están en situación angustiosa y tú oras? Existen circunstancias para orar y otras para obrar. Di a los hijos de Israel que marchen y el milagro se realizará. Durante dos mil años -podemos decir- Dios no contestó las infinitas plegarias del pueblo judío en lo que respecta al retorno a la Tierra Santa, hasta que éste se decidió a poner de lleno manos a la obra para la conquista del país que le pertenece.

La Voz Divina dice siempre a Israel: ¡Marchad! Ya sea que se encuentre ante vosotros el mar Rojo, las persecuciones antiguas o la intolerancia moderna, marchad, proseguid, avanzad siempre hacia adelante. No miréis hacia atrás, donde yacen en ruinas los pueblos que os persiguieron, sino mirad hacia adelante, donde se abren en toda su grandeza los magníficos horizontes del futuro de la humanidad. ¡Marchad! Las olas del mar no apagarán el vigor de vuestra existencia; los ríos de vuestra sangre derramada por los tiranos no destruirán vuestro nombre y vuestra gloria. ¡Marchad! Estáis por encima de los elementos, del tiempo y del espacio. Avancad siempre y no retrocedáis.

La noche se divide en tres partes llamadas ashmurot (vigilias), y ésta es la tercera.

CAPÍTULO 15

15:1   Entonces cantaron Moisés y los hijos de Israel este cántico (1) al Eterno, y dijeron así: ¡Cantaré al Eterno, porque se ha ensalzado grandemente! ¡Al caballo y a su jinete ha arrojado en la mar!

Az yashir-Moshe uveney Yisra’el et-hashirah hazot l’Adonay vayomeru lemor ashirah l’Adonay ki-ga’oh ga’ah sus verojevo ramah vayam.

 15:2   Mi fuerza y mi canción es el Eterno. El fue mi salvación y yo le haré una morada. El es el Dios de mi padre y le ensalzaré.

Ozi vezimrat yah vayehi-li lishu’ah zeh Eli ve’anvehu Elohey avi va’aromemenhu.

15:3   El Eterno es varón de guerra. ¡Eterno es su nombre!

Adonay ish miljamah Adonay shemo.

15:4   Los carros del Faraón y su ejército El ha arrojado en la mar; y sus capitanes más escogidos fueron hundidos en el mar Rojo.

Markevot Par’oh vejeylo yarah vayam umivjar shalishav tube’u veYam-Suf.

15:5   Los abismos los cubrieron; descendieron a las profundidades como una piedra.

Tehomot yejasi’umu yardu bimetsolot kemo-aven.

15:6   Tu diestra, oh Eterno, es poderosa en fuerza; tu diestra, oh Eterno, quebranta al enemigo.

Yemineja Adonay nedari bakoaj yemineja Adonay tir’ats oyev.

15:7   Y en la grandeza de tu majestad derribas a los que se levantan contra Ti; envías tu ira que los consume como rastrojo.

Uverov ge’onja taharos kameyja teshalaj jaroneja yojelemo kakash.

15:8   Y con el soplo de las ventanas de tu nariz se amontonaron las aguas, se alzaron las corrientes como en montón; se cuajaron los abismos en el corazón del mar.

Uveruaj apeyja ne’ermu mayim nitsvu jmo-ned nozlim kaf’u tehomot belev-yam.

15:9   Dijo el enemigo: ¡Perseguiré, alcanzaré, repartiré, se henchirá de ellos mi alma. ¡Desenvainaré mi espada, mi poder los debilitará!

Amar oyev erdof asig ajalek shalal timla’emo nafshi arik jarebi torishemo yadi.

15:10   Mas Tú soplaste con tu viento y los cubrió el mar. ¡Se hundieron (2) como plomo en las poderosas aguas!

Nashafta verujaja kisamo yam tsalelu ka’oferet bemayim adirim.

15:11   ¿Quién como Tú entre los fuertes, oh Eterno? ¿Quién como Tú, fuerte en santidad, reverenciado en alabanzas, hacedor de maravillas?

Mi-jamoja ba’elim Adonay mi kamoja ne’edar bakodesh nora tehilot oseh-fele.

15:12   ¡Extendiste tu diestra y los tragó la tierra!

Natita yemineja tivla’emo arets.

15:13   Guiaste con tu merced al pueblo al cual redimiste; lo condujiste con tu poder a tu santa morada.

Najita vejasdeja am-zu ga’alta nehalta ve’ozja el-neveh kodsheja.

15:14   Oyeron los pueblos y se estremecieron. ¡Congoja se apoderó de los habitantes de Filistea!

Sham’u amim yirgazun jil ajaz yoshvey Plashet.

15:15   Entonces fueron turbados los caudillos de Edom; los poderosos de Moav, estremecimiento se apoderó de ellos; se derritieron todos los moradores de Canaán.

Az nivhalu alufey Edom eyley Mo’av yojazemo ra’ad namogu kol yoshvey Jena’an.

15:16   Cayeron sobre ellos miedo y pavor. Por la grandeza de tu brazo enmudecieron como una piedra, hasta que pasó tu pueblo, oh Eterno, hasta que pasó el pueblo que Tú mimaste.

Tipol aleyhem eymatah vafajad bigdol zro’aja yidmu ka’aven ad-

15:20   Y Miriam la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y salieron todas las mujeres tras ella, con panderos y con danzas.

Vatikaj Miryam hanevi’ah ajot Aharon et-hatof beyadah vatetsena jol-hanashim ajareyha betupim uvimjolot.

 15:21   Y Miriam respondió al canto de ellas: ¡Cantad al Eterno porque se ha ensalzado grandemente! ¡Al caballo y a su jinete arrojó en la mar!

Vata’an lahem Miryam shiru l’Adonay ki-ga’oh ga’ah sus verojevo ramah vayam.

15:22   Y Moisés condujo a los hijos de Israel del mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días en el desierto y no encontraron agua.

Vayasa Moshe et-Yisra’el miyam-Suf vayets’u el-midbar-Shur vayelju shloshet yamim bamidbar velo-mats’u mayim.

15:23   Y llegaron a Mará; mas no pudieron beber agua de Mará, porque era amarga; por tanto le pusieron el nombre de Mará.

Vayavo’u Maratah velo yajlu lishtot mayim miMarah ki marim hem al-ken kara-shmah Marah.

15:24   Y se quejó el pueblo contra Moisés diciendo: ¿Qué beberemos?

Vayilonu ha’am al-Moshe lemor mah-nishteh.

15:25   Y él clamó al Eterno, y le mostró el Eterno un árbol y lo arrojó a las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí impuso (Dios al pueblo) estatutos y juicios, y allí lo probó.

Vayits’ak el-Adonay vayorehu Adonay ets vayashlej el-hamayim vayimteku hamayim sham sam lo jok umishpat vesham nisahu.

15:26   Y El dijo: Si oyeres atentamente la voz del Eterno, tu Dios, e hicieres lo que es recto a sus ojos, y prestares oídos a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, entonces no enviaré sobre ti ninguna enfermedad de las que envié, sobre los egipcios.

Vayomer im-shamoa tishma lekol Adonay Eloheyja vehayashar be’eynav ta’aseh veha’azanta lemitsvotav veshamarta kol- jukav kol-hamajalah asher-samti beMitsrayim lo-asim aleyja ki ani Adonay rof’eja.

15:27   Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de agua y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.

Vayavo’u Eylimah vesham shteym-esreh eynot mayim veshiv’im tmarim vayajanu-sham al-hamayim.

Comentario:

 Este cántico de Moisés es el documento poético más antiguo de la literatura hebrea. Está animado por una auténtica emoción que expresa la alegría de la salvación, la fe y confianza en Dios. Moisés supo expresar con palabras llenas de entusiasmo, todo lo que sintió su alma por el maravilloso acontecimiento. En materia de poesía, los hebreos no usaban la versificación. El historiador Flavio Josefo escnbe a este propósito que el canto de Moisés, así como su bendición a las doce tribus, escrita al final del Pentateuco (Deut. cap. XXXIII), fueron compuestos en forma examétrica. En cuanto al rey David, hizo algunos de sus salmos en trímetros y otros en pentámetros.El cántico de Moisés encierra una belleza insuperable, y su traducción a cualquier idioma hace que pierda gran parte de su majestuosidad y disminuya el magno sentido de sus palabras.

Cuando los egipcios perecían en la furia del mar, quisieron los ángeles entonar sus cánticos para exaltar la grandeza del Todopoderoso; pero Dios no se lo permitió diciendo: ¿Las obras de mis manos (seres humanos) se ahogan en el mar y vosotros eleváis para Mí cánticos? (Talmud Sanhedrin 39:). Estas palabras enseñan que no está permitido alegrarse con la derrota de los enemigos, sobretodo cuando sufren o perecen.La persona se alegra generalmente cuando ve la justicia triunfar, pero Dios nos muestra que no es la muerte del malvado lo que El desea, sino su retorno al buencamino, para que viva. «¿Quiero Yo la muerte del malvado? Lo que quiero es que se aparte de sus caminos y viva» (Ezequiel XVIII, 23).Samuel el pequeño decía: «No te regocijes cuando cae tu enemigo, y en suinfelicidad tu corazón no se alegre, pues Dios podría ver mal esto y hacer volver hacia ti su cólera (Avot IV, 19)).

CAPÍTULO 16

16:1   Y partieron de Elim y llegó toda la congregación de los hijos de Israel al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinay, a los quince días del segundo mes de su salida de la tierra de Egipto.

Vayis’u me’Eylim vayavo’u kol-adat beney-Yisra’el el-midbar-Sin asher beyn-Eylim uveyn Sinay bajamishah asar yom lajodesh hasheni letsetam me’erets Mitsrayim.

16:2   Y se quejó toda la congregación de los hijos de Israel contra Moisés y Aarón, en el desierto;

Vayilonu kol-adat beney-Yisra’el al-Moshe ve’al-Aharon bamidbar.

16:3   y les dijeron los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto a manos del Eterno en la tierra de Egipto, cuando estábamos sentados junto a la olla de carne, (1) y cuando comíamos pan hasta hartamos; porque nos habéis sacado a este desierto para matar

Vayomru alehem beney Yisra’el mi-yiten mutenu veyad Adonay be’erets Mitsrayim beshivtenu al-sir habasar be’ojlenu lejem lasova ki-hotsetem otanu el-hamidbar hazeh lehamit et-kol-hakahal hazeh bara’av.

16:4   Y dijo el Eterno a Moisés: He aquí que haré llover sobre vosotros pan desde el cielo; y saldrá el pueblo y recogerá diariamente la porción de un día, para que Yo pruebe si anda en mi ley o no.

Vayomer Adonay el-Moshe hineni mamtir lajem lejem min-hashamayim veyatsa ha’am velaktu dvar-yom beyomo lema’an anasenu hayelej betorati im-lo.

16:5   Y sucederá que en el día sexto, cuando preparen lo que van a traer, será el doble de lo que suelen recoger cada día.

Vehayah bayom hashishi vehejinu et asher-yavi’u vehayah mishneh al asher-yilketu yom yom.

16:6  Y Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: A la tarde conoceréis que el Eterno es quien os sacó de la tierra de Egipto,

Vayomer Moshe ve’Aharon el-kol-beney Yisra’el erev vidatem ki Adonay hotsi etjem me’erets Mitsrayim.

16:7   y por la mañana veréis la gloria del Eterno, porque El oye vuestras murmuraciones contra el Eterno; pues en cuanto a nosotros ¿qué somos para que os quejéis contra nosotros?

Uvoker ure’item et-kevod Adonay beshom’o et-tlunoteyjem al-Adonay venajnu mah ki talinu aleynu.

16:8   Y dijo Moisés: (Esto sucederá) cuando a la tarde el Eterno os diere a comer carne, y por la mañana pan hasta hartaros, porque el Eterno ha oído vuestras quejas con que os quejáis contra El. Y ¿qué somos nosotros? Vuestras quejas no son contra nosotros, sino contra el Eterno. (2)

Vayomer Moshe betet Adonay lajem ba’erev basar le’ejol velejem baboker lisboa bishmoa Adonay et-tlunoteyjem asher-atem malinim alav venajnu mah lo-aleynu telunoteyjem ki al-Adonay.

16:9  Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: «Acercaos a la presencia del Eterno, porque El ha oído vuestras quejas».

Vayomer Moshe el-Aharon emor el-kol-adat beney Yisra’el kirevu lifney Adonay ki shama et telunoteyjem.

16:10   Y sucedió que cuando hablaba Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, volvieron el rostro hacia el desierto; y he aquí que la gloria del Eterno apareció en una nube.

Vayehi kedaber Aharon el-kol-adat beney Yisra’el vayifnu el-hamidbar vehineh kvod Adonay nir’ah be’anan.

16:11   Y el Eterno habló a Moisés diciendo:

Vayedaber Adonay el-Moshe lemor.

16:12   Oí las quejas de los hijos de Israel; háblales diciendo: «A la caída de la tarde comeréis carne, y por la mañana os hartaréis de pan, y sabréis que Yo soy el Eterno, vuestro Dios».

Shamati et-telunot beney Yisra’el daber alehem lemor beyn ha’arba’im tojlu vasar uvaboker tisbe’u-lajem vidatem ki ani Adonay Eloheyjem.

16:13   Y sucedió que a la tarde subieron las codornices y cubrieron el campamento; por la mañana había una capa de rocío alrededor del campamento.

Vayehi va’erev vata’al haslav vatejas et-hamajaneh uvaboker haytah shijvat hatal saviv lamajaneh.

16:14   Y cuando se evaporó la capa de rocío, he aquí sobre la faz del desierto una cosa fina, descubierta, fina como la escarcha, sobre la tierra.

Vata’al shijvat hatal vehineh al-peney hamidbar dak mejuspas dak kakfor al-ha’arets.

16:15   Y vieron los hijos de Israel y se dijeron el uno al otro: ¿Qué es esto?, pues no sabían qué era. Entonces les dijo Moisés: Este es el pan (3) que el Eterno os ha dado para comer.

Vayir’u veney Yisra’el vayomeru ish el-ajiv man hu ki lo yad’u mah-hu vayomer Moshe alehem hu halejem asher natan Adonay lajem le’ojlah.

16:16   Esta es la cosa que ha ordenado el Eterno: Recoged de ello cada uno según lo que pueda comer, un ómer (4) por cabeza conforme al número de vuestras personas; lo tomaréis cada uno para los que están en su tienda.

Zeh hadavar asher tsivah Adonay liktu mimenu ish lefi ojlo omer lagulgolet mispar nafshoteyjem ish la’asher be’aholo tikaju.

16:17   Y lo hicieron así los hijos de Israel, y recogieron unos más, otros menos (conforme al  número de las personas).

Vaya’asu-jen beney Yisra’el vayilketu hamarbeh vehamam’it.

16:18   Y cuando lo midieron con el ómer nada tenía de más el que recogió mucho, y al que recogió poco nada le faltaba; cada uno había recogido según lo que podía comer.

Vayamodu va’omer velo hedif hamarbeh vehamam’it lo hejsir ish lefi-ojlo lakatu.

16:19   Y Moisés les dijo: Nadie deje sobras de ello hasta la mañana.

Vayomer Moshe alehem ish al-yoter mimenu ad-boker.

16:20   Y no escucharon a Moisés y algunos dejaron de ello hasta la mañana, y crió gusanos y hedió. Y se indignó contra ellos Moisés.

Velo-sham’u el-Moshe vayotiru anashim mimenu ad-boker vayarum tola’im vayiv’ash vayiktsof alehem Moshe.

16:21   De esta manera lo recogían todas las mañanas, cada uno según lo que podía comer; mas en calentando el sol se derretía.

Vayilketu oto baboker baboker ish kefi ojlo vejam hashemesh venamas.

16:22   Y sucedió que el día sexto recogieron doble cantidad de pan, dos ómer para cada persona. Entonces todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo avisaron a Moisés.

Vayehi bayom hashishi laktu lejem mishneh shney ha’omer la’ejad vayavo’u kol-nesi’ey ha’edah vayagidu le-Moshe.

16:23   Y el respondió: Esto es lo que ha dicho el Eterno: «Mañana es día de descanso, sábado santo consagrado al Eterno; lo que habéis de cocer, cocedlo, y lo que habéis de guisar, guisadlo; y todo lo que sobre ponedlo aparte para vosotros, guardándolo hasta mañana.

Vayomer alehem hu asher diber Adonay Shabaton Shabat-kodesh l’Adonay majar et asher-tofu efu ve’et asher-tevashlu bashelu ve’et kol-ha’odef haniju lajem lemishmeret ad-haboker.

16:24   Y ellos lo pusieron aparte hasta la mañana como se lo había mandado Moisés, y no hedió ni hubo en ello gusano.

Vayaniju oto ad-haboker ka’asher tsivah Moshe velo hiv’ish verimah lo hayetah-bo.

16:25   Dijo entonces Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es sábado para el Eterno; hoy no lo hallaréis en el campo.

Vayomer Moshe ijluhu hayom ki-Shabat hayom l’Adonay hayom lo timtsa’uhu basadeh.

16:26   Seis días lo recogeréis, mas en el séptimo día, que es sábado, no lo habrá en él.

Sheshet yamim tilketuhu uvayom hashvi’i Shabat lo yiheyeh-bo.

16:27   Pero aconteció en el día séptimo que salieron algunos del pueblo para recogerlo y no lo hallaron.

Vayehi bayom hashvi’i yats’u min-ha’am lilkot velo matsa’u.

16:28   Dijo pues el Eterno a Moisés: ¿Hasta cuándo rehusaréis guardar mis mandamientos y mis leyes?

Vayomer Adonay el-Moshe ad-anah me’antem lishmor mitsvotay vetorotay.

16:29   He aquí que el Eterno os ha dado el sábado; por tanto en el sexto día os da el pan de dos días. Estése cada hombre en su estancia; no salga nadie de su lugar en el día séptimo.

Re’u ki-Adonay natan lajem haShabat al-ken hu noten lajem bayom hashishi lejem yomayim shvu ish tajtav al-yetse ish mimekomo bayom hashvi’i.

16:30   Y holgó el pueblo en el día séptimo. (5)

Vayishbetu ha’am bayom hashvi’i.

16:31   Y la casa de Israel lo nombró man (maná); y era como simiente de cilantro, blanca; y su sabor era como de buñuelo con miel.

Vayikre’u veyt-Yisra’el et-shmo man vehu kezera gad lavan vetamo ketsapijit bidvash.

16:32   Y dijo Moisés: Esto es lo que ha ordenado el Eterno: Llenad un ómer de él y guárdese para vuestras generaciones venideras, a fin de que vean el pan que os di a comer en el desierto, cuando os saqué de la tierra de Egipto.

Vayomer Moshe zeh hadavar asher tsivah Adonay melo ha’omer mimenu lemishmeret ledoroteyjem lema’an yir’u et-halejem asher he’ejalti etjem bamidbar behotsi’i etjem me’erets Mitsrayim.

16:33   Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella el contenido de un de maná, y ponlo delante del Eterno a fin de guardarlo para vuestras generaciones venideras.

Vayomer Moshe el-Aharon kaj tsintsenet ajat veten-shamah melo-ha’omer man vehanaj oto lifney Adonay lemishmeret ledoroteyjem.

16:34   Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, así como el Eterno lo ordenó a Moisés.

Ka’asher tsivah Adonay el-Moshe vayanijehu Aharon lifney ha’edut lemishmaret.

16:35   Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; el maná comieron hasta que entraron en los confines de la tierra de Canaán.

Uveney Yisra’el ajlu et-haman arba’im shanah ad-bo’am el-erets noshavet et-haman ajlu ad-bo’am el-ketseh erets Kena’an.

16:36   El ómer es la décima parte de la efá.

Veha’omer asirit ha’efah hu.

Comentario:

Entre los israelitas que salieron de Egipto había un grupo de gente llamada erev rav (mezcla grande de gente), personas de todas clases que adoptaron el legado espiritual israelita, y que provocaban disturbios y actuaban cobardemente en el desierto en los momentos más difíciles. Esta clase de gente siempre existió a través de los siglos, aunque raramente en el seno de nuestro pueblo. Son ellos los que aconsejan el abandono de Dios por el culto del becerro de oro, el cambio del alimento celeste de Sinay por las ollas llenas de carne, por las cebollas y pepinos de Egipto (ver Núm. XI, 5), hombres descarriados que sólo piensan en su bienestar y en la satisfacción de sus sentidos. Ellos pueden encontrar en Egipto la riqueza para el cuerpo a precio de la esclavitud del alma, pero jamás podrán alcanzar la verdadera grandeza de la emancipación que comienza en el momento en que adoramos al Eterno en el monte de su santidad, empleando nuestros bienes para la elevación de su Santuario, a fin de instaurar el reino de Dios sobre la tierra.

«Murmurar contra el superior es lo mismo que murmurar contra Dios», dijo Rabí Janá bar Janiná. Rabí Jisdá añade: «Discutir con el maestro es discutir con Dios; disputar con él es disputar con Dios; sospechar de él es sospechar de Dios (Yalcut 358).

Este pan llamado maná era como un pequeño grano redondo blanco que caía de los cielos, como lluvia, todos los días, excepto los sábados. Antes de recogerlo por la mañana parecía como guardado en una cajita, pues el rocío lo cubría por arriba y por abajo (Talmud, Yomá 75). Para comer este «pan del cielo» debían molerlo, amasarlo y cocerlo, a fin de hacer con él tortas. Los israelitas se alimentaron con el maná durante cuarenta años aproximadamente (ver Otzar – Israel vol. 6 pág. 232).

 Un ómer equivale a 10 efá; una efá a 5 seá; una seá a 24 log; y un log equivale a 506 cm.

 En medio del calor infernal y de toda clase de privaciones, Moisés dijo al pueblo: He aquí que el Eterno os ha dado el sábado; por tanto El os da el viernes el pan para dos días. Estése cada uno en su estancia; no salga nadie de su lugar el séptimo día; y descansó el pueblo el séptimo día (vers. 29 -30). A pesar del sufrimiento ocasionado por el hambre y la sed en el desierto, Dios no quería que el hombre se preocupara en sábado por sus necesidades materiales. En cuanto a nosotros, en medio de las condiciones de vida más fáciles en que vivimos, nos permitimos profanar la santidad del día sagrado para correr tras este maná terrenal que algunos poseen en abundancia, mientras que otros pueden, con un poco de esfuerzo, abastecerse en el sexto día de una ración doble.

CAPÍTULO 17

17:1   Y partió toda la congregación de los hijos de Israel del desierto de Sin en sus jornadas, por mandamiento del Eterno, y acamparon en Refidim, y no había agua para que el pueblo bebiese.

Vayis’u kol-adat bney-Yisra’el mimidbar-Sin lemas’eyhem al-pi Adonay vayajanu biRefidim ve’eyn mayim lishtot ha’am.

17:2   Y el pueblo altercó con Moisés diciendo: ¡Dadnos agua para que bebamos! Y les dijo Moisés: ¡Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué probáis al Eterno?

Vayarev ha’am im-Moshe vayomeru tnu-lanu mayim venishteh vayomer lahem Moshe mah-terivun imadi mah-tenasun et-Adonay.

17:3   Allí pues padeció el pueblo por la falta de agua, y se quejó el pueblo contra Moisés y dijo: ¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matamos de sed a mí y a mis hijos y a mis ganados?

Vayitsma sham ha’am lamayim vayalen ha’am al-Moshe vayomer lamah zeh he’elitanu miMitsrayim lehamit oti ve’et-banay ve’et-miknay batsama.

17:4   Y clamó Moisés al Eterno diciendo: ¿Qué he de hacer con este pueblo? Un poco más y me apedrearán.

Vayits’ak Moshe el-Adonay lemor mah e’eseh la’am hazeh od me’at uskaluni.

17:5   Y dijo el Eterno a Moisés: Pasa delante del pueblo y toma contigo de los ancianos de Israel, y tu vara con que heriste el río la tomarás en tu mano, y anda.

Vayomer Adonay el-Moshe avor lifney ha’am vekaj itja mizikney Yisra’el umatja asher hikita bo et-haYe’or kaj beyadja vehalajta.

17:6   He aquí que Yo estaré enfrente de ti, allí sobre la peña en Horev; y herirás la peña y saldrán de ella aguas, y el pueblo beberá. E hizo así Moisés a ojos de los ancianos de Israel.

Hineni omed lefaneyja sham al-hatsur beJorev vehikita vatsur veyats’u mimenu mayim veshatah ha’am vaya’as ken Moshe le’eyney zikney Yisra’el.

17:7   Y llamó el nombre de aquel lugar Massá y Merivá, por razón del altercado de los hijos de Israel, y por haber ellos probado al Eterno diciendo: ¿Está el Eterno en medio de nosotros o no?

Vayikra shem hamakom Masah uMerivah al-riv beney Yisra’el ve’al nasotam et-Adonay lemor hayesh Adonay bekirbenu im-ayn.

17:8   Y vino Amalec (1) y peleó contra Israel en Refidim.

Vayavo Amalek vayilajem im-Yisra’el biRefidim.             

17:9   Y Moisés dijo a Josué (Yehoshúa): Escoge hombres para nosotros y sal y pelea contra Amalec. Mañana yo estaré en pie sobre la cima de la colina, y la vara de Dios estará en mi mano.

Vayomer Moshe el-Yehoshua bejar-lanu anashim vetse hilajem ba’Amalek majar anoji nitsav al-rosh hagiv’ah umateh ha’Elohim beyadi.

17:10   E hizo Josué como le había dicho Moisés, y peleó contra Amalec. Y Moisés y Aarón y Jur subieron a la cima de la colina.

Vaya’as Yehoshua ka’asher amar-lo Moshe lehilajem ba’Amalek uMoshe Aharon veJur alu rosh hagiv’ah.

17:11   Y aconteció que mientras Moisés tenía alzada su mano vencía Israel, mas siempre que bajaba su mano vencía Amalec.

Vehayah ka’asher yarim Moshe yado vegavar Yisra’el veja’asher yaniaj yado vegavar Amalek.

17:12   Pero las manos de Moisés estaban pesadas (cansadas), por lo cual tomaron una piedra y se la pusieron debajo, sentándose él sobre ella, en tanto que Aarón y Jur le sostenían las manos, el uno de una parte y el otro de la otra; de esta suerte estuvieron firmes.

Videy Moshe kvedim vayikju-even vayasimu tajtav vayeshev aleyha ve’Aharon veJur tamju veyadav mizeh ejad umizeh ejad vayehi yadav emunah ad-bo hashamesh.

17:13   Y Josué debilitó a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

Vayajalosh Yehoshua et-Amalek ve’et-amo lefi-jarev.

17:14   Y dijo el Eterno a Moisés: Escribe esto para memoria en el libro y ponlo en conocimiento de Josué, que Yo extinguiré totalmente la memoria de Amalec de debajo de los cielos.

Vayomer Adonay el-Moshe ketov zot zikaron basefer vesim be’ozney Yehoshua ki-majoh emjeh et-zejer Amalek mitajat hashamayim.

17:15   Y edificó Moisés un altar, y le puso por nombre «El Eterno me hizo aquí milagros».

Vayiven Moshe mizbe’aj vayikra shmo Adonay Nisi.

17:16   Y dijo: El Eterno levantó su mano y juró sobre su trono que el Eterno tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Vayomer ki-yad al-kes yah miljamah l’Adonay ba’Amalek midor dor.

Comentario:

Amalec, el eterno enemigo, vino a luchar contra Israel, y Moisés dijo a Josué: «Escoge hombres para nosotros y sal, lucha contra Amalec». Estas palabras, observa el Midrash (Yalcut 264), enseñan cómo deben actuar los comandantes, presidentes y jefes, que en sus órdenes dicen: ¡Yo mando, yo exijo, yo quiero! Profundo conocedor de la naturaleza humana, Moisés conocía el don de salvar las susceptibilidades del amor propio. Hombre modesto en extremo, se confundía con los otros para no mostrar superioridad. Por esto dice «escoge para nosotros» y no «escoge para mí».

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