Llamas de odio

por foxylady

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Fuente: El Observador

Los bomberos tuvieron dificultades para apagar el fuego por la aparición de un grupo que expresaba gritos xenófobos

Un hotel habilitado para albergar a refugiados en Bautzen, en el este de Alemania, quedó seriamente dañado por un incendio presuntamente intencional, la pasada madrugada mientras grupos de vecinos festejaban sin reparos ante el edificio los destrozos provocados por las llamas.

El origen del incendio, desatado pasadas las tres de la madrugada, está siendo investigado, aunque se parte de la base de que fue provocado, según fuentes policiales.

Ante el edificio, un antiguo hotel que ha sido habilitado para albergar a asilados a partir del próximo marzo, se habían apostado grupos de vecinos, muchos de ellos alcoholizados, que según la policía alemana festejaban «de modo inequívoco» lo que ocurría ante sus ojos.

La policía detuvo temporalmente a tres hombres de entre 19 y 20 años por interferir en el trabajo de los bomberos desplazados al lugar.

Los incendios en lugares en los que se da asilo a refugiados, son una constante en Alemania. Estos ocurren para impedir la llegada de los asilados a la correspondiente población.

Según fuentes de la Policía Federal Criminal, a lo largo de 2015 más de 500 albergues fueron atacados en todo el país y 126 edificios fueron parcialmente destruidos.

Según fuentes de la Policía Federal Criminal, a lo largo de 2015 más de 500 albergues fueron atacados en todo el país y 126 edificios fueron parcialmente destruidos.

El caso más relevante fue, el año pasado, el de un albergue en construcción en Tröglitz, también en

el este de Alemania, que quedó destruido, tras meses de protestas neonazis contra la llegada a esa población de refugiados.

Más allá del incendio, lo que más chocó fue que hubo decenas de curiosos que «manifestaron una alegría nada disimulada» por lo ocurrido e incluso entorpecieron la labor de los bomberos, según la policía.

Por otro lado, el jueves, también en Sajonia, un centenar de personas increpó a unos 20 refugiados que llegaban en autobús a un albergue en la localidad de Clausnitz, gritándoles «¡fuera!», «¡vuelvan a su casa!».

El primer ministro de Sajonia, Stanislaw Tillich, de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera la canciller Angela Merkel, condenó como «hechos abominables» tanto los incidentes de Bautzen como el acoso a los refugiados de Clausnitz.

La policía local de Clausnitz defendió ayer su proceder, ante las múltiples críticas del estamento político y en las redes sociales imputándole connivencia o ineficacia frente a los alborotadores.

Un portavoz policial responsabilizó parcialmente a los propios refugiados de lo ocurrido y afirmó que algunos de éstos habían hecho gestos provocadores a los vecinos del lugar.

El ómnibus en el que se encontraban los asilados, un grupo de unas 25 personas que incluía mujeres y niños, se encontró con la calle bloqueada por coches cruzados sobre la calzada, mientras grupos de ciudadanos les insultaban y les increpaban con la frase «Nosotros somos el pueblo».

Revancha de fuego

Nada justifica la venganza, para eso existe la justicia, y en Alemania su gente es respetuosa de ella, pero en los últimos tiempos ese país se vio sacudido de forma violenta y irrespetuosa por miles de inmigrantes que entraron de manera prepotente a través de sus fronteras adjudicándose el derecho de ser recibidos. Sin mediar palabras y con la seguridad que se vio incapaz de frenar esa ola de «refugiados» Alemania cambió su escenario y pronto sus calles quedaron invadidas de personas llegadas de todas partes, alegando que escapaban de la guerra. Pronto lo que era ordenado ya no lo fue, la rutina se vio interrumpida por las muchas personas que pululan por todas partes, desordenándolo todo, vandalizando y robando. Lo más grave vendría después, las violaciones grupales a las chicas locales por parte de los recién llegados que se creen que tienen derecho a tomar a cualquier mujer porque su religión así lo indica. Esto y la pasividad del gobierno para proteger a sus ciudadanos hizo mella en la sociedad germana., despertando odio y rencores y hambre de venganza. Ahora se tienen que enfrentar a la gente que quiere tomar justicia por mano propia y expulsar a esos invasores que sin previo aviso han inundado a un país sin ser invitados y sin tomar la opinión del pueblo.Estos incendios son solo el inicio de lo que se puede convertir en una batalla campal y lucha sin tregua para vengarse de esta gente que llegó para asolar y sembrar el caos, motivo por el cual la sociedad alemana se está convirtiendo en un monstruo de revanchismo.

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