En un programa distingue entre los golpes duros y los que no lo son. Los primeros son los que dejan marca y están a la vista.
Según recoge Memri, el programa fue emitido por la televisión londinense Iqraa TV, que se define como “el refugio de la familia musulmana”. El breve espacio está presentado por Jassem Al-Mutawa, que comienza haciendo consideraciones generales sobre la disciplina en la familia: “Hoy vamos a hablar de la imposición de la disciplina en la familia. A veces, la disciplina familias se entiende mal y, por tanto, en la era moderna, hay una gran cantidad de violencia doméstica. Como resultado de ello, las relaciones maritales se desintegran, lo que lleva a la inestabilidad y al divorcio. Una disciplina familiar es un derecho del marido sobre la mujer, y viceversa”.
Para ello, entrevista al Doctor Mohamed Al-Hajj, que es profesor de Fe Islámica de la Universidad de Jordania. El tono de la entrevista es “comprensivo”, y de hecho el presentador, Jassem Al-Mutawa, comienza por decir que “tenemos que hacer frente a nuestros problemas a través del diálogo y el entendimiento mutuo”.
Al-Mutawa explica que “con algunas mujeres, es bueno utilizar palabras duras, pero con otras no es así. Con algunas mujeres, es bueno hablar con calma, con palabras dulces. Con algunas, si les hablas con dureza se vuelven más tercas, y la situación empeora. Con otras, ocurre exactamente lo contrario: Si hablas con ellas con calma, ellas no lo entenderán, y la situación empeora. De modo que no puedes confiar en una fórmula, tipo uno más uno, dos”.
Para hablar de todo ello, cuenta con el Doctor Mohamed Al-Hajj: “Un coche”, nos dice Al-Hajj, “no puede ser conducido por dos personas, sólo por una. El Islam coloca el volante de la familia en manos del marido. Los problemas dentro de la familia se tratan en el verso coránico respecto a las relaciones: «Los hombres son los guardianes de las mujeres» Alá dice: «En cuanto a aquellos de quienes temas la desobediencia, repréndeles, no compartas su cama, y véncelos».
Una vez ha dejado las cosas claras sobre el entendimiento mutuo, pasamos a la acción. “El castigo se limita a los casos de rebelión, en los que la vida familiar se convierte en un infierno”. Y llama a una respuesta escalonada, pero que comienza bastante alto, pues “en primer lugar, en cuanto el marido empieza a temer que vaya a haber una desobediencia real, ha de comenzar la etapa de reconvenciones”.

El «virtuoso de la vara» explicando su técnica
El problema es que “persista en su rebeldía”, porque entonces pasamos a “la siguiente etapa: rehúsa compartir su cama, como un modo de hacerle sentir que no estás contento con su comportamiento”. Ahora bien, “si ella persiste, y el marido le ha dado nuevas oportunidades” y “sin embargo, sigue siendo rebelde, La sabiduría del Islam se manifiesta en la existencia de un otro método: el de los golpes no agresivos”.
Pero claro, hay que saber utilizar la “sabiduría del Islam”. Y para eso el magisterio de Mohamed Al-Hajj explica la diferencia entre los golpes duros y los que no lo son, lo cual hace pensar que ha hecho acopio de una vasta casuística: “Las palizas duras dejan marchas en la cara y en el cuerpo”, de modo que “no hay que golpear en la cara y no hay que propinar golpes que provoquen fracturas o heridas”. No deja claro porqué es malo dejar signos externos de las palizas, pero parece que es por el qué dirán.
El presentador del programa, Jassem Al-Mutawa, había hablado al principio de que la disciplina en la familia era del marido sobre la mujer y vicecersa. Pero tampoco hay que ir muy lejos, según Muhammad Al-Hajj: “Creo que sería inmoral ir tan lejos como para decir que una mujer puede castigar a su marido a golpes, ya que esto puede minar la autoridad del marido. El Islam ha librado de la mujer en la necesidad de usar las manos para vencer, con el fin de preservar su femineidad, su honor, y sus valores morales”.
Más adelante hay una discusión sobre cómo cierta cultura menosprecia a la mujer. La cultura occidental, claro está. El periodista señala que “según las últimas estadísticas de la ONU, a partir de 1999-2000, cada 12 segundos una mujer es golpeada por su marido en los EE.UU., y en algunos casos, estas palizas conducen a la muerte de la mujer”. No ocurre lo mismo en los países islámicos: A pesar de que el Corán permite al marido golpear a la mujer, “no tenemos casos de muerte como consecuencia de ello, y si ha habido algún caso, es algo raro. Por otro lado, en occidente, donde no tienen el Corán o la Sunna, cada 12 segundos una mujer es golpeada por su marido”