El atentado de 1994 contra la sede de la comunidad judía en Buenos Aires, que se ha cobrado otra víctima con Nisman, sigue sangrando en la memoria de todos
El atentado a la mutua israelí AMIA es a Argentina lo que la caída de las torres gemelas a Estados Unidos o los atentados de Atocha a España. El ataque a la sede donde funcionaban, en 1994, las dos principales instituciones, política y económica, de la colectividad judía, AMIA y DAIA, dejó un saldo de 85 muertos y más de trescientos heridos. El proceso judicial, accidentado y plagado de irregularidades, veinte años más tarde, no se da por terminado. Los culpables siguen libres.