Priska Lowenbeinova escondió su embarazo y, posteriormente, a la pequeña durante su estancia en el campo de concentración
Setenta años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, son tristemente conocidos por casi todos los extraños y trágicos experimentos que el doctor de las SS Josef Mengele realizaba en Auschwitz con los niños (entre los que destacaban su disección en vida o la extracción de sus huesos).
Por ello, muchas prisioneras judías trataron de salvar a sus recién nacidos de las garras de este nazi. A pesar de que la mayoría no tuvo éxito, sí hubo un pequeño grupo de menos de una docena de mujeres que, poniendo en riesgo su propia vida, ocultaron a sus bebés durante su estancia en esta prisión.