Archive for marzo 24th, 2008

marzo 24, 2008

Como golpear a las mujeres-Nota enviada por n@t@n-

por bajurtov

DAR UNA PALIZA A LA ESPOSA RESULTA INDISPENSABLE (Bahrein )

A LAS MUJERES DESOBEDIENTES HAY QUE SABER COMO GOLPEARLAS (Siria)

ESTA PROHIBIDO PARA LA MUJER NEGARSE A UN COITO MARITAL…ES IGUAL QUE COCINAR. (Arabia Saudita)

NO DEBEMOS AVERGONZARNOS DE DARLE UNA BUENA PALIZA A NUESTRA ESPOSA (Qatar)

COMO PEGARLE A LA MUJER (Bahrein)

Extraido del blog: »monitor de los medios arabes»
http://mediosarabes.blogspot.com/

marzo 24, 2008

La izquierda sin comillas.

por bajurtov

Por Hilel Resnizky

»ESA »IZQUIERDA» NO ES MAS QUE UNA MÁSCARA DEL ANTISEMITISMO. LOS ANTISEMITAS ARGENTINOS »DESCUBREN» EL PLAN ANDINIA Y LOS INGLESES -INCLUYENDO A ALGUN JUDIO VERGONZANTE- SE DICEN »ANTISIONISTAS».
pic-19174313451.jpg
La hija del »Che» Guevara en Iran,envuelta en una realláh.

Quienes leen mis artículos habrán notado que casi siempre escribo la palabra «izquierda» entre comillas. Es algo así como la defensa del comercio leal.El que haya recorrido las zapaterías de Manhattan buscando un par de zapatos Adidas número 47 para su hijo (ese es su número) y se da cuenta que el vendedor en la zapatería decimonovena le quiere «enchufar» Adidas hechos en Gaza, sabe a qué me refiero.
Es decir, están los que publicitan una izquierda falsificada e ilegítima, que tiene tanto que ver con la izquierda como el nacionalsocialismo con el socialismo o el inquisidor Torquemada o los Reyes Católicos -los de la expulsión- con el judío Jesús.
Son los que usufructúan el rótulo para comercializar una mercadería en mal estado.
Trataré de definir a la izquierda. En principio trataré, para evitar el engaño de incautos e inocentes, de señalar lo que no sólo no es izquierda sino una máscara de derechas y de distintos tipos de fascismo.
No es izquierda una ideología que circunscribe la tensión mundial al conflicto israelí-palestino y se desentiende de toda otra zona de tensión, violencia y guerra: el genocidio sudanés en Darfur, la discriminación contra el pueblo kurdo en los cuatro países musulmanes en que reside, la agresión física de que son víctimas en los Balcanes no solamente los musulmanes sino los cristianos serbios. La división no la hacen entre Oriente y Occidente sino entre el Norte y el Sur. El conflicto israelí palestino es, para ellos, algo así como la piedra filosofal que transforma todo metal en oro.
No es izquierda la que en cualquier fase del conflicto acusa a Israel y le enrostra su responsabilidad. Esa «izquierda» (bien entre comillas) que encuentra siempre alguna justificación para las bombas suicidas en Israel, en Irak y donde sea, con sus víctimas civiles, y para justificar su parcialidad nos recuerdan que los judíos fuimos víctimas del genocidio nazi, lo cual nos condena a aceptar un nuevo genocidio «made in Islam».

No es izquierda la que con ceguera voluntaria, sordera adoptiva y cobardía ingénita desconoce la peligrosidad del nazi-islamismo. El líder iraní organiza un congreso para negar el Holocausto, busca una bomba nuclear, amenaza exterminar a una nación -Israel- y la «izquierda» calla: Es «solamente» Israel, aliada del imperialismo.

El régimen iraní ejecuta homosexuales, hay muy lindas fotos tomadas por el régimen, para que aprendan; el Gobierno de Nigeria condena a muerte a mujeres por adulterio; en Arabia Saudita y en Afganistán del Talibán les amputan las manos a los ladrones en público -naturalmente sin anestesia, para que aprendan-, y la «izquierda» se venda los ojos, y por si acaso mira hacia otro lado.

El Islam amenaza de muerte -y a veces mata- a quien ofende a Mahoma. Ejerce una intolerancia inesperada e injustificada. (En mi casa había un libro de George Brandeis: «Jesús es un Mito». Ni mi padre ni George Brandeis fueron perseguidos.) No oí nada de la «izquierda» frente a esto. ¿Por qué esa tolerancia con la intolerancia? ¿Por qué esa pusilanimidad ante la violencia?

La «izquierda» está ocupada organizando un boicot contra entidades académicas israelíes, por su supuesta intolerancia, y acusando a militares israelíes que recolectan fondos para beneficencia, de crímenes de guerra, tal como hizo con el Gral. (R) Dorón Almog, que buscaba aliviar la vida de los autistas.

Esa «izquierda» no es más que una máscara del antisemitismo. Los antisemitas argentinos «descubren» el Plan Andinia y los ingleses -incluyendo algún judío vergonzante- se dicen «anti sionistas».

Debo aclarar que no toda crítica a la política de defensa de Israel es antisemita. Creo que, a veces, la política de Israel no sirvió ni a la paz ni a los intereses reales del país, como Estado judío democrático. Tal vez tampoco lo haga en estos momentos. Lo que es inaceptable es la condena total de Israel y la absolución absoluta de cualquier crimen palestino. La moral no es relativa ni depende de nuestra simpatía al asesino. Un asesino sigue siendo asesino aunque sea un «pobre palestino».

Trato de definir a la izquierda y lo hago basándome en la historia. Izquierda es una metonimia (llamar al objeto por su contorno). Durante la Revolución Francesa, en la Asamblea Nacional los nobles se sentaban a la derecha del rey y la tercera clase -lo que hoy llamaríamos burguesía- a su izquierda. La izquierda era la que proponía los cambios. Desde entonces, izquierda es el cambio. Barack Obama, que se define como un partidario del cambio, sería un izquierdista. En la actualidad no todo cambio es de izquierda. Por ejemplo: la privatización de los servicios es un cambio.

El primer documento de importancia adjudicable a la izquierda es la Declaración de los Derechos del Hombre, inspirada en los escritos de Jean Jacques Rousseau, que asegura entre otras cosas la elegibilidad de todo ciudadano para cada cargo publico, su derecho a expresar sus ideas libremente, a tener la convicción religiosa de su elección y el principio de que el acusado es inocente hasta que no se demuestre su culpabilidad. El lema de la izquierda era: «Libertad, igualdad, fraternidad».

Esos principios se transformaron en la base de las constituciones de Occidente. Vale la pena anotar que hasta mediados del siglo pasado, la mujer (el 50 por ciento de la ciudadanía) carecía de derechos políticos.

Simultáneamente con la adopción de los principios y los lemas de la izquierda liberal francesa, cundió otro movimiento: el derecho a la autodeterminación de los pueblos. La Declaración de Independencia de Estados Unidos (1774) basaba los dos conceptos: la libertad individual y la autodeterminación nacional. América Latina enarboló en sus guerras de independencia las dos banderas. Italia y Polonia aspiraron a la autodeterminación nacional.

El romanticismo -como movimiento literario y cultural- apoyó al nacionalismo. Ciertamente hubo romanticismo de derecha, por ejemplo Gustavo Bécquer en España, pero también de izquierda, como Lord Byron, que apoyó la nacionalidad judía y murió en combate por la libertad de Grecia. O como Giuseppe Garibaldi, nacionalista italiano que combatió con armas la tiranía de Juan Manuel de Rosas.

La izquierda apoyó los derechos del individuo y el derecho a la autodeterminación de los pueblos y en muchos casos, como Lord Byron, los derechos judíos.

La izquierda es internacionalista: reconoce los valores nacionales pero no los ve como excluyentes, en contraposición con el chauvinismo y su sucesor, el fascismo.

En el siglo XIX junto con el nacionalismo, la intelectualidad asume que la igualdad debe tener una expresión económica. No hay pan sin libertad ni libertad sin pan. El héroe de la nueva concepción es Jean Valjean, de Victor Hugo, que llega a la cárcel por robar pan. El capitalismo que crea riqueza, agudiza la contradicción social y la hace insoportable.

El socialismo es una nueva concepción de la izquierda que se suma a los anteriores: derechos humanos y autodeterminación de los pueblos. No sólo igualdad ante la ley, sino igualdad económica. «Levántate pueblo oprimido, de pie los esclavos sin par» es la justificación para el sueño de una nueva sociedad, sin explotadores ni explotados.

La Revolución Soviética lleva a la confrontación real entre los diversos contenidos de la izquierda. La «Dictadura del Proletariado» anula los Derechos del Hombre de la Revolución Francesa. Hay quien culpa a Josef Stalin. No estoy seguro. La ejecución sumaria de la familia del zar, incluidos los niños (¿violencia revolucionaria?) ordenada por Vladímir Lenin no deja de ser antecedente de los juicios de Moscú, en los cuales los acusados (la élite del movimiento comunista) fueron culpables antes de ser juzgados.

La Dictadura del Proletariado fue la dictadura al proletariado. Hay quien habla de la verticalidad del poder y supone transmisión desde abajo hacia arriba. La realidad fue la verticalidad absoluta del Poder Soviético. Stalin transformó el sueño socialista en una pesadilla macabra.

La verticalidad fue la causa de la solidez del régimen soviético y de su derrumbe catastrófico. El acero se transformó en gelatina. La dictadura fue un golpe que el socialismo no soportó

La izquierda real debe reasumir sus contenidos: derechos humanos, autodeterminación de los pueblos, igualdad económica e iguales oportunidades para todos.

Al mismo tiempo, debe renunciar claramente a la Dictadura del Proletariado, desenmascarada en la realidad como dictadura personal.

En los últimos decenios se intensifican los movimientos que preconizan no sólo el derecho del hombre a ser igual sino también a ser diferente. En 1952, Alan Turing, uno de los creadores de la computación que descifró el «enigma», el código cifrado de los nazis, fue condenado en Inglaterra a castración hormonal por el «delito»de homosexualidad. En 1954 comió -como Blancanieves- una manzana envenenada con cianuro. ¿Fue esto un suicidio?

La mujer- teóricamente con igualdad de derechos- sigue siendo inferior al hombre económica y socialmente. En el mundo musulmán sigue una discriminación centenaria, así como la poligamia, la ejecución por adulterio, la amputación del clítoris (ablación), etc.

La izquierda socialista, liberal, internacionalista, tiene mucho por hacer. Sobre todo remplazar a la «izquierda» pusilánime, colaboracionista, antisemita que usa ese mismo nombre por oscuros motivos. Para hacer fluida la lectura y aparte de Turing, a quien traje por lo monstruoso del ejemplo, me detuve en pocos nombres, aun menos en nombres judíos, que los hubo en abundancia.

No puedo resistir la tentación de mencionar un nombre, uno de los izquierdistas más antiguos y mejor documentados. A pesar de haberse educado en el palacio real (o tal vez por eso) se puso al frente de una rebelión de esclavos de la corona, los fundió en una entidad nacional y los condujo a adoptar una constitución escrita. Lideró la rebelión social y la autodeterminación nacional.
Se llamaba Moisés.

Extraido del diario virtual »AURORA DIGITAL»