Posts tagged ‘Cámara de Representantes’

marzo 9, 2015

La Casa Blanca debe responder a la propuesta de Netanyahu

por goal

Caratula de Gatestone Institute

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Estuve en la galería de la Cámara de Representantes durante el discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, una crítica lógica y convincente del acuerdo que se está negociando sobre las ambiciones iraníes por conseguir armas nucleares. Expuso una nueva propuesta, basada en los hechos, que ha trasladado la carga de la persuasión a la Casa Blanca.

Su nueva propuesta es: «Si las potencias mundiales no están dispuestas a insistir en que Irán modifique su comportamiento antes de firmar un acuerdo, como mínimo deberían insistir en que lo cambie antes de que expire el acuerdo». Su argumento es que, sin esa condición previa, el plazo de diez años, en vez de bloquear, allana el camino a un arsenal nuclear iraní, aunque Irán siga exportando terrorismo, acosando a otras naciones de la región e instando a la destrucción de Israel.

Con una lógica aparentemente incontrovertible, Netanyahu ha dicho que la alternativa a este mal acuerdo no es la guerra, sino

un acuerdo mejor, que podría no gustarle ni a Israel ni a sus vecinos, pero con el que, literalmente, podríamos vivir.

A continuación, el primer ministro israelí esbozó las condiciones para un acuerdo mejor: concretamente, que antes de que se permita que expire para Irán el plazo de prohibición de desarrollo de armas nucleares, los mulás deberán cumplir tres condiciones: dejar de exportar terrorismo, dejar de entrometerse en los asuntos de otros países y dejar de amenazar la existencia de Israel.

Si los mulás rechazan estas tres razonables condiciones, ello demostrará que no tienen verdadero interés en unirse a la comunidad internacional y someterse a sus reglas. Si las aceptan, entonces el plazo establecido no expirará automáticamente; ello requerirá que Irán demuestre voluntad de atenerse a las normas, antes de que éstas le permitan desarrollar armamento nuclear.

En vez de atacar al mensajero, como ha hecho la Casa Blanca, la Administración tiene ahora el deber de contestar a Netanyahu en el mercado de las ideas, no con una cacofonía de insultos, y responder a su argumento por lo que vale. Puede que haya respuestas persuasivas, pero aún no las hemos oído.

La decisión de aceptar o rechazar un acuerdo con Irán acerca de su programa de armas nucleares puede que sea la cuestión de política exterior más importante del siglo XXI. Muchos miembros del Congreso, puede que la mayoría, están de acuerdo en este tema con el premierisraelí, no con el presidente estadounidense. Conforme a nuestro sistema de separación de poderes, el Congreso es una rama del Estado absolutamente al mismo nivel, y no debería adoptarse ninguna decisión importante en este tema con su oposición. Puede que el presidente pueda convencer a las Cámaras para que apoyen su acuerdo, pero, en vez de ignorarlos, deberá dialogar con nuestros representantes, legítimamente elegidos por el pueblo.

La Administración y sus partidarios, especialmente quienes boicotearon el discurso del primer ministro, se centran en lo que consideran «falta de protocolo» en la invitación del presidente de la Cámara a Netanyahu. Imaginemos, sin embargo, ese mismo protocolo para un orador que estuviera a favor, no en contra, del actual acuerdo. La Casa Blanca y sus partidarios recibirían encantados a un primer ministro que apoyara el acuerdo del presidente, como hicieron con el primer ministro británico, David Cameron, cuando fue enviado a presionar al Senado a favor de la postura de la Casa Blanca. Así que la cuestión del protocolo es, en buena medida, una excusa. La Administración está más molesta por el contenido del discurso de Netanyahu que por la forma en la que éste fue invitado.

Se trata de un asunto demasiado importante como para que se desvíe la atención del mismo con las formalidades del protocolo. El discurso ya ha sido pronunciado. Fue muy equilibrado, e incluía alabanzas al presidente, a los demócratas, al Congreso y al pueblo estadounidense. El primer ministro Netanyahu estuvo en su mejor forma diplomática. En mi opinión, también lo estuvo en lo sustancial al plantear el caso contra la postura negociadora de la Administración respecto a Irán, especialmente en lo relativo a la cláusula temporal incondicional.

Ahora la Administración debe responder a una pregunta fundamental: ¿por qué permitiría que el régimen iraní desarrollara armas nucleares dentro de diez años si durante ese tiempo siguiera exportando terrorismo, acosando a sus vecinos árabes y amenazando con destruir Israel? ¿Por qué no, al menos, condiciona cualquier cláusula temporal a un cambio en las actuaciones de ese régimen criminal? La respuesta puede ser que no somos capaces de hacer que accedan a ello. Si ése es el caso, entonces desde luego que es un mal acuerdo, peor que no tener acuerdo alguno. Sería mucho mejor aumentar el régimen de sanciones y otro tipo de presiones, en vez de retirarlas a cambio de que Irán simplemente aplace su obtención de un arsenal nuclear.

Puede que haya respuestas mejores, pero la pelota está ahora en el tejado de Obama, que será quien tendrá que ofrecerlas en vez de evitar responder a las razonables preguntas de Netanyahu con excusas irrelevantes acerca del «protocolo» y ataques personales al mensajero. Israel se merece algo mejor. El mundo merece algo mejor. El pueblo estadounidense se merece algo mejor. Y el Congreso también se merece algo mejor.

Una cláusula temporal incondicional es una invitación para que Irán siga exportando terrorismo, acosando a sus vecinos y amenazando a Israel… pero con un arsenal nuclear para aterrorizar al mundo entero. Eso sería algo que «cambiaría el juego», por citar las mismas palabras empleadas por Obama hace unos años, cuando prometió que nunca permitiría que Irán desarrollara armas nucleares. De pronto, «nunca» se ha convertido en «pronto». El Congreso debería insistir en que cualquier cláusula que permita que Irán desarrolle armas nucleares dentro de diez años debería, como mínimo, condicionarse a un cambio significativo en el comportamiento del régimen más peligroso del mundo.

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marzo 30, 2014

»Mecenas» de Bibi Netanyahu define elecciones en Las Vegas

por bajurtov

El magnate Sheldon Adelson celebra unas miniprimarias republicanas en Las Vegas

El millonario de los casinos se entrevista con cuatro de los posibles aspirantes a la Casa Blanca en 2016

El magnate de los casinos y gran donante republicano Sheldon Adelson reúne este fin de semana en Las Vegas (EE.UU.) a algunos de los principales aspirantes a la candidatura republicana para la presidencia en 2016, con el objetivo de entrevistarse con ellos y sondear sus credenciales políticas.

Adelson ha convertido la habitual reunión anual de la Republican Jewish Coalition (Coalición Judía Republicana) en la capital del juego en un desfile de aspirantes a candidatos en busca de financiación que ya ha sido bautizado en EE.UU. como las «primarias de Adelson» y que transcurre del jueves al domingo.

Si se quiere apostar a la Casa Blanca, se necesita contar con amplios y profundos bolsillos. Y, obviamente, pocos los tienen más nutridos que Adelson, considerado una de las diez mayores fortunas del mundo.

Junto con su esposa Miriam se gastó 92 millones de dólares en las elecciones de 2012 para respaldar a los aspirantes republicanos Newt Gingrich, expresidente de la Cámara de Representantes, y Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts.

Para 2016, el propietario del icónico casino Venetian de Las Vegas, con una fortuna personal valorada en más de 37.000 millones de dólares gracias a su empresa Las Vegas Sands, ya ha anunciado que no prevé optar por la retirada tras la derrota republicana frente al candidato demócrata Barack Obama.

«No lloro cuando pierdo. Siempre viene una nueva mano. Gastaré eso y mucho más. Evitemos cualquier ambigüedad», afirmó el pasado año, a modo de atrevido tahúr, al comentar el nuevo ciclo electoral en una entrevista en el Wall Street Journal.

En esta ocasión, participarán en el lujoso evento el actual gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie; el exgobernador de Florida Jeb Bush; el gobernador de Wisconsin, Scott Walker; y el gobernador de Ohio,John Kasich.

Se espera que los cuatro sostengan encuentros privados con Adelson, de 80 años, quien aprovechará la ocasión para examinar a los que pueden ser su principal apuesta para el regreso de los republicanos a la Casa Blanca.

Entre tanto, los asistentes disfrutarán de torneos de golf, actuaciones exclusivas de artistas como Jim Belushi y degustaciones de whisky escocés.

Las prioridades políticas de Adelson, criado en una familia judía de inmigrantes lituanos en Massachusetts, son conocidas: una mezcla de tradición y negocio familiar.

Por un lado, respaldo sin fisuras a Israel y, por otro, prohibición a toda costa de que se legalice el juego en internet, que considera una amenaza para su empresa.

Asiduo donante

Solo en los primeros tres meses de 2014, los Adelson ya han gastado casi 300.000 dólares en contribuciones a diversas organizaciones del partido republicano y a cuatro candidatos republicanos que deben defender su escaño en el Congreso: el líder de la minoría republicana en el SenadoMitch McConnell, de Kentucky; John Cornyn, senador por Texas;Lindsey Graham, senador por Carolina del Norte, y Joe Heck, representante de Nevada.

Todos ellos son representantes del ala tradicional del partido republicano.

No es, por ello, notoria la ausencia de dos de las estrellas emergentes dentro del partido republicano, los senadores Ted Cruz, de Texas, yRand Paul, de Kentucky, considerados puntas de lanza de la vertiente más libertaria de los conservadores y que han escenificado notables choques con los grandes veteranos del partido en Washington.

Adelson no quiere volver a caer en el error de 2012, cuando dividió su respaldo entre Gingrich y Romney, y provocó que los candidatos más extremistas del partido ganasen opciones y alargasen unas primarias excesivamente combativas.

En esta ocasión, busca el pragmatismo y asegurarse una mano ganadora.

«No quiere a ningún extremista de candidato. Quiere a alguien que tenga posibilidades de ganar las elecciones, razonable en sus posiciones, que tenga convicciones pero no sea totalmente descabellado», indicóVictor Chaltiel, donante del partido y excandidato republicano a la alcaldía de Las Vegas, en unas declaraciones al Washington Post.

En dos años, el escogido probablemente tendrá que volver a la capital del juego, ya que la ciudad (y Adelson con ella) buscan que sea la seleccionada para acoger la Convención Nacional Republicana en 2016.

Para entonces, Adelson ya habrá agitado más de una vez sus bolsillos.

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