CADA LOCO CON SU TEMA…

por Arturo

Son estos momentos difíciles en Israel. Y estamos con ellos. También lo son por aquí, estamos echando de menos a personas muy importantes para todos nosotros. Y aunque tenemos la esperanza y la certeza de que volverán, andamos todos un poquito tristoncitos. Y por supuesto que eso se va a notar en nuestra selección musical de hoy. Porque no somos como el clown, como el payaso, que aún en la tarde en que ha faltado alguno de sus seres queridos debe esbozar la mejor de sus sonrisas. No… nosotros somos personas, defensores de un elevado Ideal y de una de las pocas causas, pero principal entre ellas, por la que está justificado dejar hasta el último aliento… la pervivencia a través de la Historia del Pueblo a quien el Eterno entregó su Torah. Y por lo tanto, por ser tan sólo humildes personas, humildes hijos del Eterno, no somos perfectos. Y por ello imprimimos nuestro sello personal a nuestras cosas.

La primera pieza de hoy, es una exquisitez regalada por una buena amiga… y es que nunca sabes dónde está la buena música…

Música para elevar el espíritu en los momentos de relax… música para sentirse en esos paraísos que refleja este logrado videoclip… para aquellos que andéis espiando por este blog sionista, aprovechad que el Eterno os ha dado acceso a este pequeño oasis de paz. Pocos como este creo que tengáis en vuestra vida diaria. Nosotros, muchos; porque nosotros estamos en el equipo de los grandes.

Por cierto, diremos que la casualidad el nombre del editor del video no ha sido el motivo de su publicación, pese a la coincidencia del nombre. Ha pesado mucho más la persona de quien ha venido este regalo.

Y como segunda pieza… Una preciosa canción que devuelve a la vida los recuerdos más adormecidos del corazón… ¿Sabéis que tiene nada menos que treinta y seis añitos, esta canción tan actual…? Y es que la buena música no tiene edad, salvando la diferencia de medios técnicos de una época a otra…

Dedicado a todas las mujeres que pasaron por mi vida… de todas y cada una de ellas saqué algo bueno, que ni siquiera el final, amargo muchas veces, pudo empañar…

Esperom y deseo que os guste.

Shalóm, y Shavua Tov.

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