Cuando la Torá describe el fallecimiento del Patriarca Iaakov, utiliza el término hebreo “vaigvá”-expiró-, pero no agrega “y murió”…
“Y expiró y se reunió con su pueblo” (Bereshit 49:33)
Dice sobre esto el Talmud1: “Iaakov, nuestro Patriarca, no murió”.
Pregunta el Talmud: ¿acaso en vano lo eulogiaron los disertantes, lo embalsamaron los embalsamadores y lo enterraron los enterradores? A eso responde, que se aprende del versículo2: “y tú no temas Mi siervo Iaakov… pues Yo Soy tu salvador desde la lejanía y el de tu descendencia desde la tierra de su cautiverio”.