Gente buscando sobras de comida en la basura de los mercados al más puro estilo Korea del Norte. Los afortunados disponen de algo de pan y acelgas crudas. Bienvenidos al «paraiso» terrenal del califa Abu Bakr
Fuente: Diario ABC
Los dos millones y medio de personas que se calcula que aún viven en Mosul no recuerdan un Ramadán peor que el de este año, que coincide con el segundo aniversario de la caída de la ciudad iraquí en manos de los extremistas del grupo terrorista Daesh. «Este ramadán es el peor mes de ayuno que vive la ciudad porque está asediada por todas partes y Daesh no ha encontrado ninguna alternativa al vacío alimentario y económico producido por la ausencia del Gobierno», asegura a Efe Ismail al Tahán, residente en Mosul.
Los hombres abandonan sus casas de día y no vuelven hasta la caída de la noche para romper el ayuno con la poca comida que llega a las mesas, las mayoría de las veces cruda, pues la falta de combustible impide a muchos cocinar unos alimentos cada vez más caros. «Los bolsillos de los habitantes de Mosul están vacíos, después de que el Gobierno suspendió los salarios de los funcionarios» atrapados en la ciudad, se queja Al Tahán.
«Pan y acelgas crudas, esa es la única comida», asegura a Efe, por su parte, un mosulense de 37 años que se identifica como Abu Ali. Según Ali, es normal ver a gente vendiendo en las calles los muebles de sus casas para conseguir algo de dinero o buscando restos de verduras y frutas entre la basura de los mercados. A esta carestía se suman las campañas de asesinatos y detenciones lanzadas por los yihadistas y los ataques aéreos de la coalición internacional encabezada por EE.UU., además de las ofensivas del Ejército iraquí y las tropas kurdas «peshmergas» contra Daesh en Nínive, cuya capital es Mosul.