Imre Kertész nació en Budapest, Hungría. Fue deportado a los quince años, en 1944, a Auschwitz y luego a Buchenwald, pero logró sobrevivir. A su regreso a Hungría, y tras muchas dificultades, trabajó como periodista, traductor y autor de comedias y guiones cinematográficos en buena medida basados en su experiencia.
Su relato extraordinario Sin destino, de 1975, es una obra maestra sobre la destrucción masiva alemana de los ‘otros’ europeos: narra el paso por diversos campos nazis de un adolescente húngaro y judío de quince años en el último año de la Guerra Mundial (es un doble de I. K. a los catorce años). Pero este escrito no logró, en parte por la sordera del medio húngaro sobre su pasado racista, en parte por la censura de posguerra en su país, que sus libros se difundiesen como merecían. Entonces, su trabajo se volcó en las traducciones del alemán, con las que sobrevivió y superó el yermo estalinista (de hecho, descubrió «demasiado tarde a Kafka y su grandeza inconmensurable»).
Sus amargas palabras de 1986 («siempre seré un escritor húngaro de segunda fila, ignorado y malinterpretado»), afortunadamente han sido desmentidas por los hechos en la década siguiente, gracias a los editores alemanes y a los lectores de toda Europa, interesados por sus escritos precisos, irónicos y sin concesiones sobre el Genocidio. Recibió el Premio de Literatura deBrandeburgo en 1995, el Premio del Libro de Leipzig en 1997 y el Friedrich-Gundolf-Preis ese mismo año. Fue galardonado en el año 2002 con el Premio Nobel de Literatura, «por una obra que conserva la frágil experiencia del individuo frente a la bárbara arbitrariedad de la historia». Fue el primer escritor húngaro que lo obtuvo.
Su Diario es una visión global de la cultura europea de posguerra, y especialmente de la centroeuropea. Sus escritos sobre la Shoah comparan su punto de vista con los de J. Améry y J. Semprún; pero asimismo Kertész habla de Cl. Lanzmann, Primo Levi, P. Celan, T. Borowski, M. Radnóti y R. Klüger. A su juicio son los pocos que han creado un literatura importante sobre el Holocausto, palabra incorrecta según I. Kertész, ya que diluye esa violencia y parece sacralizarla. Se ha escrito que, para Kertész,»el Holocausto no es un asunto interno entre judíos y alemanes. Para él significa el punto final de una crisis moral y espiritual de Occidente, el piélago donde se hundieron los valores que habían sustentado la civilización europea durante siglos».
En 2005, el director húngaro Lajos Koltai realizó Sin destino (Sorstalanság), coproducida entre Hungría, Alemania y Reino Unido; es una película basada en la novela homónima de Kertész.
Fuentes: Imre Kertész Louise O. Vasvári y Steven Tötösy de Zepetnek (eds.).
Imre Kertész, Número extraordinario de Archipilélago, 82, 2008.